Relato de un viaje de 17 Etapas de Pirineos a Alpes a través de Francia

Algún colega de este foro sabía de mi viaje del pasado verano de 2015 compartido con un grupo de buenos amigos y me ha pedido que colgase un reportaje con algunas fotos sobre el mismo.

Dando curso a dicha petición, me lanzo a contar un pequeño resumen del viaje, y digo resumen porque sería imposible resumir en palabras la gran cantidad de vivencias de este Tour de 17 etapas.

Me he permitido abrir este hilo en esta sección del foro, denominada “viajes racing” pese a que en realidad éste es un viaje más turístico que racing, pero creo que es seguramente el subforo más adecuado para ello.

En realidad el único Porsche que venía en el grupo era el mío, el resto de los roadsters eran tres Z3, un Z4 y un SLK AMG, 6 coches en total.

No era la primera vez que yo me enrolaba en un Roadster-Tour por Europa y la verdad es que creo que es muy difícil experimentar de una forma mejor el disfrute de un roadster, al menos tal y como yo lo entiendo.

Han sido 17 etapas, con una media de unos 225 kms por día, prácticamente en su totalidad por carreteras secundarias, escapando de autopistas y de grandes itinerarios que es como verdaderamente se disfruta de un viaje de este tipo.

Puede suponerse que hemos hecho cientos y cientos de fotos en este viaje, pero lo que aquí pondré será una muestra muy pequeña con la que intentaré reflejar un poco lo vivido.

Y como me va a ser imposible poner en un único post el relato de un viaje tan largo, repartiré el relato y las fotos en varios post que iré colgando correlativamente y en cuanto disponga de ratos para hacerlo.

En este primer post me voy a referir a las 4 primeras etapas del viaje.

Para dar una idea general del itinerario que hemos seguido en este Tour éste es el esquema de su recorrido, apareciendo señalada la ubicación de los 17 hoteles de fin de cada etapa:




Y vamos allá con mis impresiones de la Etapa 1

La primera etapa comenzaba en Barbastro (Huesca) y finalizaba en un pueblo del Valle de Arán, tras atravesar los Pirineos por el Port de la Bonaigua ascenciendo a más de 2.000 m de altitud.

La primera imagen en el punto de encuentro en el que dimos comienzo al Tour, en la localidad de Barbastro, con nuestro grupo al completo en el momento en el que estábamos haciendo entrega de las “placas de rallye” del Tour y los rutómetros. La ilusión estaba por todo lo alto.



El amigo Miguel colocando la placa del Tour en su Z3



Y llegó el momento de emprender el ansiado Tour tras muchos meses esperándolo. Ruteando en los primeros kilómetros rumbo a Pirineos. Estaba un día muy bonito y la temperatura era ideal.



En la ruta del Col de Montlobar en dirección hacia la localidad de Tremp siguiendo una carretera de bonito trazado por tierras de Lleida.




Atravesando el impresionante desfiladero de Collegats.






Desgraciadamente, al empezar a subir el Port de la Bonaigua comenzó a lloviznar, con brumas y neblinas que desmerecían la belleza del paisaje de la zona, hubo que cerrar capota en algunos tramos y no tengo fotos de esta parte de la etapa que se prometía muy bonita y que sin embargo no pudimos disfrutar de lleno, pero bueno, no importaba, había mucho Tour por delante y ya llegarían días de pleno sol.

Llegamos al hotel rural que habíamos reservado en el pequeño pueblo de Escunhau, en el corazón del valle de Arán, y tras una animada cena hicimos un brindis por este Tour que comenzaba con buen pie!



Mis impresiones de la Etapa 2

Amaneció nuboso. Había entrado un frente atlántico que estaba afectando al sur de Francia y a la zona cantábrica y pirenaica pero teníamos la esperanza de que la meteo iría mejorando a lo largo del día.

La primera foto, tomada desde la habitación del hotel; dos de los coches descansaban en el parking tras una noche tranquila.



Desayunamos y nos dispusimos a emprender la ruta del segundo día de Tour, y un rato más tarde estábamos afrontando las rampas del Col du Portillon por el que entramos en el país galo. El paisaje aparecía un tanto fantasmagórico pero a la vez bello y las nubes jugaban con los relieves de la montaña.



Llegamos a la bonita estación termal de Bagnères de Luchon y allí nos dimos un largo paseo por el pueblo visitando algunos de sus lugares más singulares.

En las fotos siguientes, nuestros queridos roadsters aparcados en el parque del Casino de Luchon.







Dejamos Luchon y emprendimos el ascenso a la estación de Superbagnères siguiendo esta carretera.

Las nubes seguían ahí jugando con las montañas.




Algo más tarde tras recorrer el valle de Lys, visitamos una bonita cascada que hay al final del mismo: La cascade d’Enfer. Foto de grupo en este bonito lugar de los pirineos.



Alguien me habrá hecho esta foto, porque yo está claro que no me la hice a mí mismo.



En estos Tours nos planteamos siempre hacer la cena y el desayuno en los hoteles, y la comida de mediodía en modo picnic en algún lugar agradable que de camino encontremos, pero aquel día la meteo era mediocre, de modo que elegimos este bonito lugar para comer: Una “auberge” situada al final de la carretera por la que se accede al lago de Oô; desde este punto, en una hora aproximadamente a pie se alcanza el lago ubicado en un hermoso paraje.



Ya en sesión de tarde el recorrido discurría por la ruta del Port de Balès, que recorre una pequeña carretera con tramos panorámicos para disfrutar del paisaje; ahí la vemos en la foto por ahí abajo en la vertiente Norte por la que circularíamos a continuación ya que la foto está tomada en lo alto del puerto tras haber ascendido por la vertiente Sur.



Nuestro grupo de aventureros.



Y empezamos el descenso por la vertiente sur; la pequeña carretera estaba prácticamente desierta….de coches, aunque había otros personajes circulando por la misma que ponían ciertas dificultades, y es que la señoras vacas son dueñas de estos parajes y hay que pedirles permiso para atravesarlos.

Unas fotos en este tramo.









Algo más adelante llegamos a un hermoso pueblo digno de visitar que conserva una imponente iglesia del Medievo: Saint Bertrand de Comminges; ahí está:



La siguiente foto en una parada, comentando cosas del viaje.



Y así poco a poco llegamos al hotel de fin de etapa, un viejo hotel rural ubicado en el pueblo de Villeneuve de Rivière.

La última foto de esta etapa posando en el jardín del hotelito justo antes de cenar.



Mis impresiones de la Etapa 3

En esta etapa ruteamos por zona pirenaica y pre-pirenaica atravesando varios puertos en una zona de media montaña y paisajes muy verdes.

El día amaneció estupendo y el pronóstico de meteo era además muy bueno para las próximas jornadas, eran por tanto muy buenas noticias.

En la primera foto, saliendo de nuestro hotel de etapa: la Hostellerie des Cèdres.



Tras una hora aproximadamente de ruta agradable alcanzábamos el bucólico lago de Béthmale en un bonito paraje.



Tras dar un paseo rodeando el lago a pie, ahí andamos haciendo un poco “el ganso”.



Otra imagen tomada algo más adelante llegando a lo alto del Col de la Core; la temperatura era
perfecta y rutear por esta zona era un placer.



Otro puerto algo más adelante, el Col d’Agnes.



Y tras el Col d’Agnes vino sin pausa al ruta del Por de Lers; pasaban ya de las cuatro de la tarde y el día seguía estupendo.





Y llegó el momento de una parada descanso junto al lago de Lers.



Y nuevo tramo de ruta dirigiéndonos hacia Tarascon sur Ariège.



Vino después una bonita ruta de media montaña, la llamada “route verte” que se desarrolla a través de una pequeña carretera que discurre en altitud media de 900-1000 mts con tramos panorámicos que se alternan con tramos entre espesos bosques, y llegó un momento de una parada para descansar.

En animada conversación…



El precioso Z3 de Juan.



Hay que mantener los coches en estado de revista…



Y hay que mantener el maletero en orden…



Y venga! se acabó el descanso y a rutear de nuevo…



… a través de carreteras como ésta…



Y así, poco a poco llegamos a nuestro hotel de etapa, un antiguo hotel no exento de encanto en el pueblo de St. Girons: el hotel Eychènne; pese al aspecto modesto que ofrece el exterior, el interior del hotel es muy bonito y tiene un amplio jardín privado con parking y piscina.



Tras una cena agradable en el jardín del hotel, nos fuimos a dormir contentos y satisfechos, pensando que apenas habíamos comenzado el Tour y quedaba muchísimo por vivir…

Mis impresiones de la Etapa 4

Es curioso lo poco que a uno le cuesta levantarse cuando está de vacaciones viviendo una aventura como ésta.

Me levantaba hacia las siete, antes de desayunar bajaba al parking a diario para darle unos mimos al coche y ponerlo a punto y en perfecto estado de revista para la etapa; un ritual del que todos participábamos dándonos los buenos días; venía luego el desayuno y la sesión de estudio de la etapa del día rutómetro en mano, y ahí estamos en ese momento.



Antes de iniciar la ruta nos dimos un paseo por el pueblo de St. Girons descubriendo algunos de sus lugares con encanto, un par de fotos.





Y ya en ruta, el primer momento de interés de la etapa: la gruta de Mas d’Azil, una enorme cavidad natural que la carretera atraviesa y que sorprende por sus dimensiones.





Continuamos la ruta y más tarde realizamos una visita al bonito pueblo de Mirepoix, que merece la pena visitar por lo bien conservado que tiene su casco histórico, que nos transporta al pleno Medievo.



Continuamos la ruta y nos dimos después de comer un descanso en un entorno muy agradable en el pueblo de Cuxac-Cabardes, con algunas fotos de nuestras monturas.







Y continuamos la ruta por las pequeñas carreteras del Cabardes, en las que por cierto se desarrolla todos los años un rallye muy conocido en esa zona del Sur de Francia.





Visitando los castillos de Lastours, cuatro viejas fortalezas de los cátaros.



En la última parte de la etapa atravesamos el mazico de la Montagne Noire (montaña negra), subiendo al Pic de Nore, el punto más elevado de la zona, disfrutando arriba, a más de 1.000 mts de altitud, de un momento auténticamente Zen con el sol jugando con las nubes; unas fotos:







Estábamos ya finalizando esta etapa 4 y enseguida llegamos al hotel en el que compartimos como siempre una animada cena comentando las anécdotas del día. Y tras la cena, nos fuimos a dormir felices y contentos.

Continuará…

 

Como siempre, una pasada de relato!!! brutal ruta!!!!


Enviado desde mi iPhone utilizando Tapatalk

 

Una pasada y muy buen grupo. Esperando el resto de etapas .

 

Gracias chicos.

Las etapas más espectaculares en imágenes como ya podéis imaginar son en los Alpes, pero habrá que esperar, que para eso faltan bastantes etapas e iré poco a poco

 

Muchas gracias por compartir, pedazo viaje

 

Vaya pinta tiene ese viaje!
Mañana ni cena de empresa, ni estreno de Star Wars... Hay que seguir leyendo las siguientes etapas! :[angel]

 

Gracias por compartirlo, esperando las nuevas etapas.

 

Continuo el relato del viaje y en este post os contaré un poco lo acaecido en las tres siguientes etapas: 5, 6 y 7.

Mis impresiones de la Etapa 5

Habíamos hecho noche en el pueblo de Lacabarède, al pie del macizo de la Montagne Noire, en un pequeño hotel con mucha clase. El día prometía de nuevo con una meteo excelente y empezamos la jornada disfrutando de un buen desayuno.



Había muchas ganas de empezar la ruta y ahí estamos cargando el equipaje para iniciar nuestro quinto día de aventuras.



Un par de fotos saliendo del hotel por la elegante alameda de su finca privada.





En esta etapa íbamos a rutear inicialmente por el Alto Languedoc en zonas de media montaña, para más tarde llegar al valle del Tarn, ruteando ya prácticamente toda la tarde siguiendo valle arriba el curso del río. La siguiente imagen en ruta en uno de los tramos matinales.



Aquí tenemos parte del grupo en el pueblecito de Coupiac, en el que luce su castillo medieval.



Ya más adelante al borde del rio Tarn en el minúsculo pueblo de Lincou; los coches al borde del río.



En este pueblo nos pasó una simpática anécdota; estábamos charlando allí junto al río cuando se nos acercó un paisano interesándose por nuestro viaje; tras intercambiar impresiones con él nos invitó a que visitásemos su casa en la que tiene instalado un pequeño museo de objetos antiguos y nos invitó a un aperitivo. Ahí tenemos en la foto, el primero a la derecha este curioso y amable personaje brindando con el grupo en el patio de su casa.



Continuamos la ruta y llegó la hora del momento picnic, para el que elegíamos en lo posible algún área recreativa, como fue el caso de este día; en la foto recuperando energías en torno a la mesa redonda.



Y como “Piolín” se está portando muy bien se merece unos mimos y en sesión de sobremesa una pequeña puesta a punto de detail; curiosa forma de limpiar las alfombrillas…



Pero hay que seguir la ruta; levantamos el campamento, seguimos ruteando al borde del Tarn y no pasa un cuarto de hora cuando llegamos a un bonito pueblo de aspecto medieval: Brousse le Château. Os pongo unas fotos en este lugar.





Mis buenos amigos Juan e Isabel -los abuelos del grupo, como ellos se autodenominan- con Brousse le Château como fondo de escenario.



Y no perdíamos de vista el Tarn casi en ningún momento del recorrido, en el que había algún puente colgante que a algunas chicas les daba un pelín de respeto y no las tenían todas consigo. La circulación era casi inexistente, hasta el punto de que nos permitimos parar en el medio del puente un buen rato y sacar unas cuantas fotos de las que pongo una muestra.









Y continuamos ruteando por el valle del Tarn; por momentos había buenas vistas desde la carretera.



¿Una paradita en un mirador?; pues claro!





Ya en la última parte del recorrido de la etapa pasamos bajo el conocido viaducto de Millau, el de mayores dimensiones del continente europeo. La foto no dice absolutamente nada y la verdad es que el viaducto impresiona por su altura y enorme tamaño cuando se pasa bajo el mismo; por encima circula una autovía por la que yo he pasado más de una vez, pero impresiona mucho más visto desde otra perspectiva que circulando por arriba.



En la siguiente foto a punto de aterrizar en el hotel de etapa, y al fondo se ven los contrafuertes de la garganta del Tarn, por la que rutearíamos en la mañana de la etapa siguiente.



Despido esta etapa con una foto ya en el jardín del hotelito en el que nos quedamos a dormir desde el que, como puede verse, se divisaba a lo lejos perfectamente el viaducto de Millau.




Mis impresiones de la Etapa 6

El programa de esta etapa se desarrollaba en sesión matinal siguiendo las gargantas del Tarn para afrontar después el macizo de las Cévennes, una zona de montaña que se sitúa a medio camino entre los Pirineos y los Alpes y ofrece intrincadas carreteras y paisajes interesantes.

Iniciamos la etapa con la ilusión en todo lo alto y las pilas bien cargadas y tras una hora de ruta estábamos de lleno en el corazón de las gargantas del Tarn; las siguientes fotos están sacadas en uno de los puntos panorámicos, aunque la carretera principal por la que circulábamos sigue el fondo del valle y discurre paralela al río.







La pequeña carretera que recorre la garganta tiene un bonito recorrido como podemos ver en algunas fotos.















En el recorrido por la zona se pasa por pequeños pueblos pintorescos como éste: St. Chély du Tarn.





Mucha gente hacía el descenso del río en canoa y kayak.



Algo después aterrizábamos en una de las maravillas naturales de la zona: la gruta de Aven Armand, una enorme cavidad natural (en su interior cabe la catedral de Notre Dame de Paris), a la que se accede por un tren de cremallera por el que descendemos a las entrañas de la tierra al estilo Julio Verne. El espectáculo en el interior sorprende, y las fotos no transmiten ni de lejos la realidad.









La ruta a través del macizo de las Cévennes resulta muy agradable por la red de carreteras que lo atraviesan, de trazado divertido y bellos paisajes. La siguiente foto está tomada en lo alto del Mont Aigoual, a casi 1.600 mts. de altitud, en donde hicimos nuestro picnic de mediodía.



Y otra foto en ruta después de comer.



En esa zona, uno de los tramos más interesantes es el de la cornisa de las Cévennes, en la que se desciende desde lo alto del Aigoual hasta St. Jean de Gard, con una bajada vertical de más de 1.000 mts a lo largo de unos 50 kms. con un recorrido en el que las curvas se suceden sin cese; todo un placer; bajando la cornisa paramos a tomar un cafelito en un viejo café. La tarde estaba perfecta y la temperatura deliciosa.





Continuamos la ruta y nos quedamos a dormir en un hotel rural perdido en la naturaleza en medio de la nada; distribuyeron al grupo en varias edificaciones que formaban parte del hotelito, y esta es la casita que a mí me adjudicaron y que compartí con otro compañero del grupo.



Tras la cena estuve un rato en el exterior; la noche estaba preciosa y lucía un espectacular cielo estrellado y el único sonido que allí se escuchaba era el canto de los grillos. Me fui a dormir pensando en las nuevas aventuras que nos esperaban al día siguiente…


Mis impresiones de la Etapa 7

Como era de esperar, amaneció otro día de cielo azul y ésta era la imagen del grupo de roadsters cuando me asomé la ventana; serían las 7 de la mañana y el sol apenas acababa de aparecer en el horizonte.



Tras el desayuno y siguiendo nuestra rutina habitual estudiamos un poquito la etapa del día, rutómetro en mano, y aquí estamos en la terraza del hotel.



Esta etapa discurría mayoritariamente por tierras del departamento de Gard, y mezclaba aspectos culturales en su parte matinal, con ruteros y paisajísticos en su parte vespertina.

Tras unos 60 kilómetros de recorrido llegábamos a la histórico pueblo de Uzès que alberga uno de los Ducados más antiguos de Francia. La siguiente foto está tomada en ruta cuando pasábamos junto a una de sus iglesias y se ve la bonita “Tour Fenestrelle” ; la ventaja de circular sin techo es evidente para hacer este tipo de fotos sin bajarse del coche.



Aparcamos y nos fuimos a pasear por el casco antiguo de Uzès; ahí estamos en su vieja Place des Herbes.





Uno de los edificios más singulares de Uzès es el del palacio Ducal, que vemos aquí.



Y continuamos la ruta dirigiéndonos ahora hacia una de las maravillas de la antigüedad: el Puente romano sobre el Gard.



Cuando estábamos paseando por la gran área recreativa acondicionada en torno al Pont du Gard, nos encontramos con una simpática pareja vestida de época, con la que las chicas del grupo quisieron retratarse



¿Un heladito?.... al fondo el Pont du Gard, cuya imagen a muchos les resultará familiar, no en vano está en todos los billetes de cinco euros.



Ahí lo tenemos más cerca; el monumento impresiona y en realidad este puente que salva el río Gard es la parte mejor conservada de un antiguo acueducto romano de 50 kilómetros de longitud que llevaba el agua hasta la ciudad de Nîmes.



Y una vista del río desde el piso intermedio del puente, como se ve había mucha animación por abajo.



Y de nuevo a la ruta con ganas porque en la última parte de la etapa vamos a afrontar una ruta que nunca deja indiferente al que la hace, muy conocida por ser muchas veces fin de etapa en el Tour de Francia: El Mont Ventoux, también llamado el gigante de Provenza, con 1.911 mts. de altitud, que ya empieza a divisarse en el horizonte.



Hay dos carreteras que ascienden al Mont Ventoux por su vertiente Norte y Sur respectivamente, ambas de precioso trazado discurriendo en la parte inferior de la ladera de la montaña entre bosques de coníferas para en la parte más alta despejarse y atravesar un paisaje desértico; en esta etapa realizamos el ascenso por la vertiente Norte y el posterior descenso por la vertiente Sur. En la foto siguiente llegando ya a la cima.



Y ahí estamos arriba, ¡prueba superada!



El grupo, salvo servidor que sacaba la foto, en lo alto del Ventoux. La visibilidad era excelente en aquella tarde y la vista alcanzaba muchos kilómetros a la redonda.



Algo más tarde finalizábamos la etapa en un hotelito rural situado al pie del Mont Ventoux. Despido el relato de esta etapa con una foto sacada en la cena con la que despedíamos otra estupenda jornada vivida.



Continuará…

 

Jotaeme me ha encantado el recorrido y te doy la enhorabuena por las espectaculares fotos y el relato, gracias por compartir, como me gustaría hacer algo así con mi mujer y coche.

 

ganadores todos...:) éste no es un Tour de competición, sino un Tour turístico de placer.

Muchas gracias! Seguirá el relato y a ver si hoy mismo tengo un rato y cuelgo las tres o cuatro siguientes etapas.

 

Sigo el relato del viaje con las cuatro etapas siguientes: 8, 9, 10 y 11

Mis impresiones de la Etapa 8

El hotel en el que habíamos pernoctado estaba a 30 minutos de la cima del Mont Ventoux y por tanto era grande la tentación de iniciar la etapa ascendiendo de nuevo a la cima, esta vez por su vertiente Sur. Así que no hubo ninguna duda en el grupo y ese fue el plan que nos marcamos.

Eso sí, como de costumbre en cada mañana, tras desayunar realizamos un breve estudio de la etapa del día rutómetro en mano.



Iniciamos la ruta y en un santiamén nos pusimos en la cima del Ventoux, si bien hubimos de compartir carretera de ascenso con una prueba ciclista abierta que impedía circular muy relajados pues había que ir constantemente pendientes de las decenas de bicis que iban subiendo también a la cima.

Pero llegamos arriba y ahí estamos!. Estaba una magnífica mañana de verano, temperatura ideal, luminosidad en el cielo y ni un ápice de viento, ni siquiera de brisa.





Celebrando el momento perfecto!



En la ladera sur del Mont Ventoux y a mitad de subida hay un conocido bar-restaurante, el “Chalet Reynard” en el que es tradición hacer una paradita de descanso y café viendo pasar la multitud de motos, deportivos, roadsters y todo tipo de vehículos que suben y bajan. De modo que cumplimos el ritual y allí estuvimos un largo rato disfrutando de la mañana y del ambiente.





La tarde anterior varios habíamos comprado unos polos con el logo del Mont Ventoux , de modo que en esa jornada íbamos muy bien uniformados.



Curiosamente, en el Chalet Reynard nos topamos con un español que trabaja allí desde hace años. Mantuvimos con él una agradable conversación y antes de marchar decidimos obsequiarle con una placa del Tour con dedicatoria al personaje, que desde aquel día luce en las paredes del Chalet Reynard. Ahí posa con él una parte del grupo.



La verdad es que se estaba genial en aquel sitio, pero había que continuar con la ruta de la Etapa, que siguió por tierras de la Alta Provenza entre cantos de cigarras y efluvios de campos de lavanda. En la foto atravesando el pueblo de Sault. Como reza el cartel de la foto, el 15 de agosto se celebraba allí la fiesta de la lavanda; no la pillamos por los pelos.



Y seguimos ruteando; una foto de retrovisor y al fondo la silueta del Ventoux, en cuya cima habíamos estado unas horas antes; esta montaña a lo lejos no dice mucho, hay que subir a la misma para captarla y saborearla en toda su dimensión.



La ruta pasaba por pequeños y bonitos pueblos de la Provenza; en la foto Simiane la Rotonde.



Paseando por las viejas callejuelas de Simiane la Rotonde en las que la sensación de paz y tranquilidad era absoluta.





En la parte final de la etapa pusimos rumbo hacia el cañón del Verdon, por el que rutearíamos en la etapa siguiente. La verdad es que el retraso acumulado con motivo de la visita al Ventoux a primera hora, hizo que en esta etapa nos demorásemos también en la llegada al hotel en relación a la hora prevista, pero no hubo ningún problema y pese a la rigidez de los horarios franceses a la llegada nos estaban esperando para cenar.

En las fotos siguientes ya cerca del cañón del Verdon, pasando junto al lago de St. Croix. Estaba un bonito atardecer.





La última foto de esta etapa ya en el cañón y llegando al hotel de fin de etapa en el que hicimos noche; una modesta “auberge” pero cuya principal ventaja era su situación a un paso de las bonitas carreteras panorámicas que recorren el cañón.



Y colorín colorado y a dormir que al día siguiente hay nuevas emociones.



Mis impresiones de la Etapa 9

Comenzamos esta etapa con un puntito de tristeza, pues nuestros amigos Juan e Isabel con su Z3 Alpina regresaban a España ya que por razones personales su plan tenía que ceñirse a hacer sólo las 8 primeras etapas. Fue una despedida emotiva ya que en ocho días ruteando juntos y compartiendo una pasión común se estrechan lazos de compañerismo y de amistad, pero todos pensamos que había que ver la botella medio llena y no medio vacía, y lo importante era ver lo mucho que ellos habían disfrutado, y nosotros con ellos, en esas ocho jornadas estando seguros de que el futuro nos depararía la oportunidad de vivir juntos nuevas aventuras.

Y el Tour tenía que continuar, de modo que ahí estamos en el parking del hotelito en el que habíamos pernoctado, en el momento en que íbamos a comenzar la etapa.



Quince minutos más tarde estábamos ya ruteando por los magníficos paisajes del cañón del Verdon, que en realidad es como un pequeño “cañón del colorado” europeo. Tiene más de 30 kms de longitud, sus paredes alcanzan la altitud de hasta 700 mts y por el fondo discurre el río Verdon; hay dos carreteras que lo recorren por la parte superior de sus dos vertientes, con numerosos miradores panorámicos. Como muestra, algunas fotos.









En el cañón anidan colonias de rapaces, y cuando estábamos en uno de los miradores, los buitres pasaban muy cerca con su vuelo elegante y silencioso; era un bonito espectáculo.







Las paradas en los miradores se sucedían.



En las dos fotos siguientes se aprecia una parte de la gran brecha.





Más imágenes en estos tramos que hablan por si solas y no necesitan de comentarios













Cuando estábamos parados en uno de los miradores pasaba un ejemplar no exento de caballería.



La tentación de tirar del gatillo de la máquina de fotos es constante.



Otra vista de una de las partes del cañón, ésta parte es la llamada “couloir Samson” y puede descenderse por la carretera hasta el parking que vemos abajo.



Y dejamos atrás el cañón del Verdon para descubrir nuevos paisajes; en la foto atravesando el pueblo de Castellane.



Pasando junto a lagos de aguas de color turquesa.



Un poco más adelante emprendimos una ruta ciertamente espectacular: las gargantas de Daluis y de Cians, que se recorren a lo largo de unos 50 kms. a través de un colorido y agreste paisaje siguiendo carreteras en las que se suceden las curvas sin cese. Unas imágenes.









Una parada en el “Pont de la Mariée”, uno de los sitios más populares de las gargantas de Daluis.





Las siguientes fotos son ruteando por las gargantas de Cians, muy parecidas por el paisaje a las primeras e igualmente espectaculares por el trazado de la carretera que las recorre.









Pusimos fin a esta etapa en un punto mítico del rallye de Montecarlo: la cima del Col de Turini, y allí hicimos noche en el hotel “Les Trois Vallées”, plagado de recuerdos del rallye.



Ahí estamos cenando, y obsérvese la decoración del comedor del hotelillo.



Las paredes están materialmente revestidas de fotos, placas de rallye y recuerdos.







Y en aquel ambiente tan de “rallye” pasamos la noche.



Mis impresiones de la Etapa 10

Llevábamos muchas jornadas de espléndida meteo, así que hubo que asumir que el tiempo iba a torcerse un poco en ese día y seguramente también al día siguiente, pero iniciamos la etapa con la misma ilusión de cualquier otra; además en esta etapa íbamos descubrir a primera hora una apartada y poco conocida ruta de montaña y rutearíamos después por tramos míticos del rallye de Montecarlo, de modo que el plan se presentaba atractivo.

En el momento en que salimos del hotel para iniciar la ruta, mis colegas Javier y Miguel quieren inmortalizar el momento con una foto.



Y empezamos la etapa a través de la ruta de L’Authion, que se hace a través de una pequeña carretera que por momentos es más bien una pista, con trazado en bucle circular y sentido único. Esta carretera sale y regresa a la cima del Col de Turini y recorre bucólicos paisajes de las montañas de los Alpes marítimos. De vez en cuando caían algunas gotas pero la ruta y el paisaje se disfrutaban igualmente.







En una parada meto el zoom a la cámara al máximo y ohhhh! Ahí está la Costa Azul y Niza! En efecto, desde el punto en el que estamos no hay más de 30 kms en línea recta al mediterráneo.



Más fotos en esta bonita ruta de L’Authion







Por momentos las vacas se empeñan en no dejarnos pasar y hasta alguno se bajó del coche para “negociar” con ellas el paso…





Más fotos…





Seguimos ruteando, ya por carreteras más convencionales; en la foto en el momento en que entrábamos en el pueblo de Lucéram, al que hicimos una visita.



Paseando por Lucéram.



La última foto que tengo de esa etapa en un pequeño bar-restaurante en el que paramos. Más tarde el tiempo empeoró y parte de la tarde estuvo lloviendo, lo que hizo que la cámara de fotos se quedase en off.



Aquella noche dormimos en la estación de montaña de Isola2000 a 1.800 mts. de altitud. Cuando llegamos al hotel la lluvia de última hora de la tarde había cesado, aunque el pronóstico para el día siguiente era incierto…



Mis impresiones de la Etapa 11


Nada más despertar salté de la cama y me dirigí a la ventana de la habitación imaginando que estaría lloviendo, pero no, espesas nubes cubrían el cielo pero al menos la calle estaba seca; ¡menos mal! me dije; al menos con un poco de suerte podríamos iniciar la etapa sin lluvia!. Y era importante ya que en los primeros kilómetros atravesábamos el Col de la Lombarde a más de 2.300 mts. de altitud y más tarde vendría un gigante de los Alpes, el Col de la Bonette, con 2.800 mts…

Hubo suerte, al menos en los primeros kilómetros porque la meteo fue clemente, aunque el aspecto del cielo por momentos no era muy amistoso… no hay más que ver estas imágenes en lo alto del Col de la Lombarde.





Atravesamos el puerto en dirección Italia –aunque después retornaríamos a Francia- para bajar unos 12 kilómetros por la parte italiana hasta el santuario de Sta. Anna, emplazado en un bonito lugar. Las siguientes fotos están tomadas en el descenso por la vertiente italiana.





Ya en la zona del Santuario se disfrutaba de una hermosa vista sobre el valle.



Tras una parada y un paseo emprendimos ruta de retorno a Francia atravesando de nuevo el Col de la Lombarde, y nos cruzamos con este MG de unos ingleses, un bonito roadster clásico donde los haya.





Ya algo más tarde ruteando por el Col de la Bonette, como reza el panel, la ruta más elevada de Europa. Lástima que la meteo no ayudase demasiado.



Afortunadamente, la lluvia cesó por la tarde y en el resto del Tour ya no volveríamos a verla. Atravesando ahora el pueblo de Jausiers.



Como colofón de esta etapa hicimos la ruta del Col d’Allos, que asciende por encima de los 2.200 mts. siguiendo una carretera que ofrece bonitos panoramas, como estos que se aprecian en las siguientes fotos.









En lo alto del puerto.



Y afrontamos ya los últimos kilómetros de la etapa descendiendo el col d’Allos hacia el valle de L’Ubaye.





La etapa finalizó en la estación de montaña de Pra Loup, en un pequeño hotel de tan solo cinco habitaciones con bonitas vistas, en el que nos trataron como príncipes: aperitivo al calor de la chimenea (¡en agosto! pero la meteo alpina es caprichosa) y una estupenda cena como colofón a otro día más de aventuras.

Continuará…

 

Nada mejor que una buena ruta con amigos para disfrutar de los coches y los paisajes.

Muchas gracias por tomarte la molestia de compartir las fotos con nosotros.

 

Continúo relato del viaje con las tres etapas siguientes: 12, 13 y 14. Si bien todas las etapas del Tour tuvieron su atractivo particular, seguramente estas tres fueron las más espectaculares por el tipo de paisaje y carreteras :)

Mis impresiones de la Etapa 12

En esta etapa recuperamos el sol que nos había abandonado en las dos últimas jornadas y ya no nos abandonaría hasta el final del Tour. Amaneció pues un bonito día de verano y a primera hora de la mañana, antes incluso de desayunar ya andábamos dando un repasito de limpieza de nuestros queridos juguetes que tantas satisfacciones nos estaban dando.



La mañana estaba preciosa y desde el hotel se divisaba un bonito paisaje de la comarca de L’Ubaye.



Me gusta especialmente esta foto.



La siguiente imagen está tomada justo antes de iniciar la ruta, y en medio del grupo posa Isabelle, la propietaria del hotelillo.



Aproximadamente a la media hora de iniciar la etapa estábamos ruteando al borde del lago de Serre Ponçon que ofrecía este bonito aspecto.





Foto con parte del grupo en un mirador sobre el lago.



Entrando ahora en la fortaleza ciudadela de Mont Dauphin, que ocupa un estratégico emplazamiento en una encrucijada de valles de los Alpes franceses.



Continuamos la ruta de esta etapa a través de la comarca del Queyras, recóndita y apartada, que ofrece hermosos paisajes. En la primera foto el pequeño pueblo-fortaleza de Château Queyras y en la segunda una parada en ruta.





Vino más tarde un tramo de ruta muy chulo; el ascenso al Col Agnel con 2.744 mts. de altitud y a mitad de la ascensión nos buscamos un emplazamiento con vistas para hacer nuestro picnic diario, en el que esta vez disfrutamos de especial ambientación de sonido con silbidos de las muchas marmotas que había en el lugar.







Desde aquel lugar se divisaba una preciosa vista sobre las montañas del parque nacional de Ecrins, con altitudes en torno a los 4.000 mts.





Las siguientes fotos están tomadas en lo alto del Col de Agnel que separa Francia e Italia. La verdad es que disfrutábamos de un día de meteo realmente espléndida.



Vista de la vertiente francesa del puerto.



Y vista de la vertiente italiana, por ahí abajo se ve mi Boxster al que sigue el SLK AMG de mi compañero Javi.



Espléndidos paisajes de montaña se ofrecían a nuestra vista.



La bonita carretera del Col Agnel, uno de mis preferidos de los Alpes que ya hace muchos años descubrí en moto con la bmw GS80 que entonces tenía.



Y los puertos alpinos no se acaban en la etapa, ya que algo más tarde vino otro grande de los Alpes: el Col de L’Izoard, en el que la carretera atraviesa un paisaje mineral, con aspecto casi desértico.







En lo alto del puerto.



En la ruta de descenso por la vertiente Norte del Col de L’Izoard.



Algo más tarde llegábamos a nuestro hotel de etapa, en realidad un pequeño chalet alpino perdido en un valle entre montañas ubicado a 1.650 mts. de altitud. Después de cenar salí al exterior; la oscuridad casi total permitía apreciar el espectacular cielo estrellado que aquella noche lucía. Me fui a domir ilusionado pensando que al día siguiente nos esperaban nuevas emociones.



Mis impresiones de la Etapa 13

La primera foto de esta etapa en el hotelito en el que habíamos pasado la noche. Ahí estamos disfrutando del sol de primera hora de la mañana y estudiando un poco la ruta del día que vamos a emprender seguidamente.



Los primeros kilómetros de la etapa discurrían por el alto valle de la Clarée, en altitud cercana a los 2.000 mts, siguiendo una pequeña carretera que vemos en las siguientes fotos.





En una parada descanso-café en este valle de los Alpes.



Y seguidamente el primer puerto del día: el Col d L’Echelle, por el que pasamos a Italia siguiendo esta carretera.





Algo más tarde toca afrontar el segundo puerto del día: el col de Mont Cenis, que ofrece en su cima un precioso paisaje; en las dos fotos siguientes ascendiendo el puerto en sus últimas rampas por la vertiente italiana.





En la parte superior del puerto se alcanza el lago de Mont Cenis y atravesamos un paisaje magnífico; al fondo las nubes ocultan parcialmente los glaciares del parque nacional de la Vanoise.







Piolín con sus dos amigos negritos.



Este día en lugar de picnic decidimos regalarnos con una comida en un restaurante con vistas al lago.



Una bonita foto en el descenso del Col de Mont Cenis por su vertiente francesa; lógicamente habíamos entrado de nuevo en Francia.



Algo más adelante hicimos una parada para tomar un café en el pueblo de Bonneval sur Arc y ¡gran sorpresa!, nos encontramos allí con un compañero, que por cierto es también forero en soloporsche, y que con su Boxster regresaba de otro Tour por los Alpes siguiendo dirección inversa a la que nosotros llevábamos. Y como no podía ser de otra forma, hubo foto recuerdo con él y su coche; ahí le tenemos el primero por la derecha.



En los siguientes kilómetros atravesamos el Col de l’seran, que con 2.770 mts. es el segundo de mayor altitud de los Alpes y ofrece paisajes de alta montaña soberbios. Unas imágenes en la ruta de este puerto.





Pues si, estoy como pez en el agua y contento en aquel entorno mágico :)



Y seguimos ruteando por estos paisajes de vértigo...



Y ahí estamos en la cima con foto que testimonia el momento.



Otra bonita imagen de los roadsters.



Las siguientes fotos descendiendo el Col de L’iseran por la vertiente Norte. Es un puro placer circular por estas carreteras envuelto materialmente en ese paisaje espectacular, y hacerlo en un roadster con el cielo como techo es impagable.







En aquella etapa habíamos reservado habitaciones en un pequeño hotel familiar situado no lejos de Tignes y a 1.900 mts. de altitud. El hotelillo, llamado Chalet Colinn, se ubica en lo que fue una antigua casona de piedra que sus propietarias, dos mujeres, reconstruyeron con mucha ilusión a partir de una ruina. A la llegada nos ofrecieron un aperitivo y ahí estamos brindando con una de las simpáticas dueñas del hotel; al brindis se unió un motero parisino con el que aquella noche compartimos hotel.



El lugar era magnífico y tras una etapa a través de los Alpes relajarse un rato en aquella terraza antes de cenar era una estupenda experiencia para los sentidos.



La noche iba cayendo poco a poco entre las montañas; tuvimos como de costumbre una animada cena y nos fuimos a dormir contentos y satisfechos.





Mis impresiones de la Etapa 14

Otro día estupendo de ruta por los Alpes y para empezar ¡un buen desayuno!



En el hotel nos enteramos de que uno de los tramos por los que pasaba nuestra ruta estaba cerrado por desprendimientos, así que no teníamos más remedio que replantear la etapa, y así en lugar de seguir rumbo al Sur por los Alpes atravesando el Col du Galibier, que era lo previsto, hubimos de hacerlo a través del Col de la Croix de Fer situado más al Oeste, lo que suponía un ligero rodeo e incremento de kilometraje, rápidamente sacamos de mapa y retocamos el trazado previsto.



Los coches a punto en el momento en que nos disponíamos a emprender la ruta.



Y que placer! Bonito trazado, bonitos panoramas, sol y aire puro de montaña ¿qué más pedir?. Las siguientes fotos ruteando por una zona próxima a la estación de Tignes.













Ya algo más adelante emprendimos la ruta del Col del Petit Saint Bernard que comunica Francia e Italia; un puerto antaño muy transitado y que antes de la apertura del túnel del Mont Blanc constituía una vital vía de comunicación alpina, pero desde que el túnel existe esta ruta tiene vocación casi exclusivamente turística. Al fondo y a la izquierda se divisa parcialmente el macizo del Mont Blanc.







Y en la siguiente imagen hemos cambiado de puerto, pues estamos afrontando el Cormet de Roselend, otra bonita ruta de los Alpes para disfrutar a tope.



En lo alto del Cormet de Roselend a 1.968 mts.



Muy cerca de la cima y por la vertiente Norte se rutea al borde del lago de Roselend, con paisajes bucólicos.



Nuestro grupo en una parada, con el lago como fondo de escenario.



Unos clásicos muy chulos que pasaban por allí.







El paisaje como puede verse era de lo más relajante.







Seguimos la ruta afrontando ahora el siguiente puerto alpino: el Col du Pré, y al fondo aparece el gigante de los Alpes: el todopoderoso Mont Blanc.





El grupo de roadsters posando con el Mont Blanc como fondo de escenario.



El zoom de la cámara me acerca el techo de Europa.





Seguimos la ruta descendiendo el Col du Pré hacia la localidad de Beaufort a través de dulces paisajes.









En la última parte de la etapa afrontamos la ruta del Col de la Croix de Fer, otro puerto alpino mítico y bastante nombrado por ser frecuente paso del Tour de Francia; en la foto estamos subiendo el puerto.



Ya en la cima de la Croix de Fer a 2.068 mts desde la que se divisa un bonito panorama presidido por tres montañas hermanas: las "Aiguilles d'Arves" cuya altitud supera los 3.500 mts. El momento de luz estaba perfecto, el viento estaba en calma y la sensación era de total relax.







Aproximadamente media hora después llegábamos al hotel de fin de etapa situado en la aldea de Vénosc, en un valle alpino a 1.600 mts. de altitud.

Había sido otra estupenda etapa llena de emociones y soberbios paisajes.

Continuará…

 

Me encanta la ruta, los coches, y el grupito, donde parece que hay muy buen rollo.

Gracias por compartirlo.

 

Como siempre impresionante JM, ya nos conocemos de otros foros. :[applause]

 

Que maravilla de viaje.Enhorabuena¡¡

 

Fabuloso JM realmente increíble la ruta.

Muchas gracias por las fotos y comentarios :[applause]

 

Muchas gracias chavales!

Es un placer para mí compartir la aventura pensando en compañeros del foro que puedan pasar un rato entretenido visitando este hilo, como a mí mismo me ha gustado embeberme muchas veces en los viajes descritos por otros foreros.

Si tengo un rato espero poder colgar mañana las tres últimas etapas de este Tour.

 

Buenas JOTAeme!

gracias por compartir esta pedazo de ruta... y vaya fotones! me quedo esperando las tres ultimas etapas de este super hilo