Pues eso, aparcados en plena calle como vulgares utilitarios y expuestos a las inclemencias del tiempo. Más raro de ver que el apareamiento del Urogallo. Saludos.
¡Como debe de ser! Conozco a más de uno que apenas saca el coche por no mancharlo, gastarlo... O peor aún, que haga kilómetros y pierda valor. Yo, mientras tanto, me lo llevo siempre que puedo a trabajar (o donde se tercie). ¡Un saludo! PD.: ¡Qué belleza!