Esta semana pasada pude hacer una pequeña escapada por Bélgica, y cómo no, me perdí una hora de la familia para poder contemplar el museo del automóvil. Una pena no tener ni para una llanta de un coche de alquiler e ir a rodar a Spa, pero algún día, quién sabe... Es bastante asombroso, no sé si tanto como el museo Porsche, (del cuál hay hilo), pero sorprende, y no poco. Aunque he de decir que faltan bastantes coches por fotografiar, tanto algunos americanos como clásicos, (pre-1950), ya que me dediqué a disfrutar del museo.