Viaje a Italia: De Maranello a Florencia y alguna cosa más

Había escrito varios post al foro mientras estaba en Maranello. Llega ahora el momento de subir el diario del viaje a Italia ya que entre otras cosas, Ricky me animó a ello En este viaje, como suele ocurrir, hay diversas vivencias, algunas turísticas, otras de índole artística (es Italia, coime), otras de índole turística y otras sencillamente inclasificables.

Antes de que me preguntéis, hemos hecho el viaje por carretera mi mujer y yo, pero no en el 968. Ya quisiéramos tener 20 años, o 30. Incluso con 40 igual nos hubiéramos ido con “Gauss” hasta La Toscana, pero la falta de maletero para casi tres semanas de viaje y el ir apretados no va con nuestra idea de hacernos casi cinco mil kilómetros. Mejor ir cómodos.

El coche para el viaje ha sido un Citroen C6 3.0 HDI FAP CAS (ahí es nada!). La última versión fabricada con motor de 241cv que mas que rodar parece en ocasiones que se desliza sobre moqueta. Mi mujer odia el avión, así que para irnos de vacaciones no nos queda otra que hacer carretera. El C6 se compró nuevo en 2010 con ese fin: viajar en vacaciones. Hoy tiene casi 100.000 km. Os podeis imaginar el ritmo.

En los posts que van a venir no solo incluiré una no despreciable cantidad de fotografías, sino información de restaurantes, hoteles, etc. Con un poco de suerte hasta puede que a alguno le sirva como una futura guía de viaje. En el peor de los casos espero que la lectura sirva al menos de entretenimiento a más de uno. Ahí vamos!


Viernes 6 de Septiembre: La partida

Es de Perogullo: Para ir a Italia desde Asturias hay que atravesar Francia. Y solo hay dos rutas tras recorrer longitudinalmente los Pirineos: O subir casi hasta Lyon y después meterse por el Tunel del Mont-Blanc para bajar después al Valle de Aosta, o ir por la Costa Azul y entrar por San Remo. Conocemos las dos rutas, pero nos gusta más el sol de la Costa Azul, así que aún siendo más km, tenemos claro desde la partida que la estrategia es completamente mediterránea.

También es estratégico salir de viernes después del trabajo. Lo hacemos sobre las ocho y media de la tarde, ya de noche, para irnos a dormir a Laredo. Son solo algo más de 200 km, pero esos 200 km iniciales nos permiten estar prácticamente a tiro de depósito de combustible de destinos como París o como será en este caso: Saint-Remy de Provence.

Para la estrategia no necesitamos un hotel de campanillas. Se trata de llegar, entrar, dormir, desayunar y marchar. El Hotel Miramar cumple perfectamente el cometido. Hotel correcto y sobre todo, al lado de la autopista. Poca historia más tiene esta primera jornada.


Sábado 7 de Septiembre: Hacia La Provenza

Nos levantamos prontito. Al alba, que se suele decir. El cielo tiene un color gris plomo oscuro y lo más llamativo son las luces anaranjadas del alumbrado público junto con las de algún que otro coche despistado. Llueve. Desayunamos y pronto estamos en marcha. Todavía bostezando atravesamos Bilbao y no mucho más tarde nos ponemos a la altura de San Sebastian. Pasamos la frontera casi sin enterarnos. Era mucho más apasionante antes, cuando había aduanas. Uno era más consciente de que se cambiaba de país.

La primera parada, vejiga manda, la hacemos en el “Aire” Les Pirénées, justo antes de Tarbes. Personalmente me encantan los “aires” o zonas de descanso francesas de autopista. En esta, dedicada al Tour de Francia, solemos parar siempre que vamos o venimos en dirección Toulouse. Le tenemos cariño, probablemente porque me gusta el ciclismo. Por cierto, he encontrado dirección Web sobre ella. No me lo puedo creer.

Otra cosa interesante que tienen los “aires” es que los sagaces miembros de la gendarmería son dados a colocar sus radares móviles justo dos o tres kilómetros antes de la ubicación de un aire, de forma que te fotografían, te paran y te llevan con toda cortesía francesa hasta el “aire”, donde se arreglan los papeles. Ellos te dan unos escritos en francés y tu les das otros que llevan números escritos en ellos. La verdad es que bien mirado el proceso es simple.

Sabido esto, conviene por Francia llevar un buen mapa de carreteras que nos indique la ubicación de los “aires”. Los de escala 1:250.000 o mayores son perfectos. Los Michelin (pronúnciese “mishlán”, por favor) son la referencia. Los de Blay Foldex también. De hecho los tienen en oferta a 9,65 Euros el de 2013-2014. No me he podido resistir. Tengo debilidad por los mapas.

Como paréntesis he de decir que en el 968 nunca llevo navegador. Siempre mapas. En el 92 no había navegadores. Ahora es posible ver a un Land Cruiser metido entre callejuelas de un pueblo cercano a Puebla de Sanabria, por comentar un caso observado, y haciendo maniobra para pasar. Qué es lo que hace el Land Cruiser metido ahí? Respuesta: seguir al navegador. ¿Cómo es que lo se? Pues porque antes había pasado yo.

El C6 lo tiene, claro. Incluso le hablas después de programarlo y asunto solucionado: “Guiar a X”, le dices y ya te contesta una voz femenina, pero en el coche quien manda es el mapa de carreteras.

A lo que vamos, que me despisto (en los futuros posts me despistaré probablemente con frecuencia, muchas veces la degustación de algo no está en la línea recta sino en una buena sucesión de curvas). Dejamos el aire de los Pirineos y pasamos raudos por el de Pic du Midi (este dedicado a la astronomía y francamente recomendable) para llegar rápido al tráfico de Toulouse.

Es una de las ciudades francesas que más me gustan: Centro científico de primera magnitud, alta calidad de vida y encima una ciudad preciosa. Si tuviera que vivir en Francia sería uno de mis destinos preferidos. Buen clima … y también buen tráfico. Denso pero ordenado. He pasado muchas veces por su “périphérie” y nunca he sufrido un embotellamiento. Nada que ver con Burdeos, la cual es de tomar tila al acercarse a ella.

Casi se me olvida. Sigue lloviendo. Es mas, llueve de narices y en la parte alta de la autopista hay niebla. Tenemos que bajar a 70-80 km/h. Se nos pone en cola un 997 por aquello de la cortesía ocular. Ningún problema. Conecto el asistente de carril para que los infrarrojos del coche lean el asfalto. Este cacharro está lleno de gadgets.

Pasamos Carcasonne y paramos en el Aire “Les Corbiéres”. Cuando llegas a esta zona de Francia en primavera y en Asturias llueve a diario generalmente sonríes y te quitas el jersey ante un sol fantástico. No así hoy. La temperatura es buena, de unos 23 grados, pero sigue lloviendo. Compramos unos sándwiches de salmón y de pollo y seguimos camino. Por cierto, los sándwiches preparados que venden en las áreas de servicio de las autopistas de Francia son siempre frescos. Confiad en mi. Son ya bastantes años de hacer “vacances” en el país vecino.

Al llegar a la altura de Narbonne sabes que el tráfico se va a incrementar si o si. Primero porque a la autopista por la que vas se une la que sube de Perpignan. Y segundo porque el tráfico de camiones entre Barcelona y Marsella no es moco de pavo. Ya tenemos lluvia y camiones. Me da igual, ya falta menos para llegar al destino de hoy.

Los siguientes puntos de referencia son Montpellier y Nimes, terreno que conocemos bastante bien. En Nimes-Este salimos de la autopista y tomamos ya una carretera a Saint-Remy.

Saint-Remy de Provence es de esos sitios que tu odias y que a tu mujer le encanta. Es decir, es de esos sitios a los que vas con frecuencia. Para mi se trata de un pueblo misterioso: Son cuatro gatos y el pueblo mueve una cantidad de dinero asombroso. Vale que Nostradamus nació allí, vale que la hija mayor del Rainiero de Mónaco se hizo una casa allí, pero es casi inverosímil la vida que tiene el pueblo, lleno de galerías de arte y de buenos restaurantes. Sotheby’s también está, claro.

Llegamos al hotel, el cual es un Bed & Breakfast con charme. Ya os podeis imaginar quien lo ha elegido. En el aparcamiento el coche no entra muy bien, pero tiene charme, que parece ser lo importante. Os paso foto:



Os paso también la referencia al sitio, por si quereis apuntarlo. He de reconocerlo, no está mal del todo.

Tras dejar las maletas se nos hace de noche. Damos un pequeño paseo y nos hacemos un homenaje en el restaurante La Gousse d’Ail. Cenamos de maravilla. La decoración es increíble y el Magret de Canard, ahhhh. De los postres mejor os enseño:





Nos metemos en la cama relativamene pronto. Mañana es domingo y toca descansar en Saint-Remy. Descansar? En la próxima entrega veremos

 

Como me gustan estos post con literatura, gracias por contarlo de manera tan cordial.

 

Gracias por compartirlo. A guardar las referencias.

 

Me quedo por aquí! Me encantan este tipo de viajes:conduciendo:

 

Lástima que no haya sido en un Porsche.
Me gusta el relato.
Gracias por los datos.

 

Gracias querido amigo, un placer leerte, la vejiga aguanta de un tirón la lectura un "pero"...pero acabado de leer tengo que salir disparado a buscar dulzainas por la casa :)

Te leo :beer:

 

Domingo 8 de Septiembre: Un descanso en Saint-Remy de Provence

Hemos dormido estupendamente. El tiempo no es gran cosa pero al menos no llueve. Desayunamos y pronto sale el sol. Una muy breve sobremesa y enseguida nos ponemos en marcha. El coche está aparcado perfectamente, el hotel no está lejos del pueblo y el pueblo es pequeño: Se impone un paseo matinal. Foto de ambiente:



Por cierto, otro paréntesis. Me encanta fotografiar gente. Es mi motivo fotográfico preferido. Actualmente en España esta actividad está tan perseguida, o más, que la de ir por carretera a 150,1 km/h, así que aquí me dedico a las fotos de macro y de paisaje, mientras que en el extranjero me pongo las botas. Cierto es que en Francia existe también cierta ley de “derecho a la imagen”, pero también es cierto que hay una sentencia de un juez mediante la cual prevalece el derecho a fotografiar con fines artísticos. Es este un detalle importante.

Enseguida nos topamos con uno de los eventos culturales a los cuales tan dado es Saint-Remy: Hoy toca una reunión de artistas plásticos los cuales montan sus tenderetes por las calles de forma que puedes ir fisgando, preguntando y si la cosa pinta bien, comprando. Aquí un fotógrafo, pintor y arquitecto (eso ponía en su chiringuito) en plena faena:



Aquí otra expresión artística:



Y aquí otra más cercana a nosotros:



Se trata de un dibujante / pintor que se dedica a plasmar en diferentes soportes imágenes de coches deportivos. Un posible cliente se le acerca y le pregunta si no tiene la “DS” (el Citroen Tiburón). Pues no, no la tiene. Otro parroquiano se interesa por su interés sobre los coches y le pregunta qué modelo tiene él. El pintor señala su furgoneta clásica situada dos pasos detrás (“clásica” debido a que mas de 25 años es seguro que tiene) y se ríe de si mismo. No me puedo resistir y le compro unas cuantas postales: Un 911, un Countach, un 917 … charlo con él un rato y pone cara de éxtasis cuando le hablo del 968. Me dice que le puedo enviar una foto del coche y que él lo puede pintar. Tomo muy buena nota del contacto.

Seguimos paseando. Os paso foto de tienda “chic” en el pueblo con un nombre que podría ser el título de una película:



Se nos echa el tiempo encima y nos vamos raudos a comer al “Le Cigalon”

No es tan buen restaurante como el de la noche anterior pero el entrecot me sabe a gloria. Regresamos al hotel para hacer media siesta en la terraza de la habitación, la cual da al jardín. Aprovecho para repasar algo del libro “Italiano para torpes”.

Por la tarde mejora aún mas el tiempo. Cogemos esta vez el coche y nos vamos hasta los “Alpiles”, nombre que dan a una región ligeramente montañosa con preciosa carretera Porschera no muy distante del pueblo. A la vuelta aprovechamos para pasear entre los árboles que pintaba Van Gogh cuando estuvo ingresado en el hospital psiquiátrico del pueblo, el cual permanece en funcionamiento y son visitables las zonas mas representativas de la época.

Un poco más abajo nos detenemos para observar a unos lugareños jugar a la petanca. Se lo están pasando genial y se nota que son amigos desde hace años: “venga Maurice, despierta, que estas tirando la bola como un pede”. No traduciré lo que significa “pede”, ya que aquí en España hay que cuidar mucho el lenguaje hoy en día. Una rápida visita a Google puede saciar la curiosidad del lector.

Antes de que nos demos cuenta se nos echa la tarde encima (aquí oscurece ya tres cuartos de hora antes que en Asturias) y rápidamente buscamos otro restaurante para cenar. Toca esta vez la Brasserie Les Varietés. No cenamos mal, pero me pongo un poco de mala leche cuando no entiendo bien una pregunta de la camarera. Me pregunta qué “ven” quiero? “Ven”?, qué es eso? Ah, el vino. Vale, pero no se pronuncia “ven”, sino “van”, con la “v” siempre semejante a una “f” suave. Son unos pueblerinos estos de Saint-Remy, que mal hablan francés!

Nos marchamos bastante rápido hacia el hotel, que mañana ya nos toca meternos en Italia. De todos modos, y a modo de pista de viajero, recomiendo muy mucho este pueblo como punto estratégico para explorar la zona: Avignon es una ciudad deliciosa, Aix en Provence es una maravilla. Arlés es interesante, con un anfiteatro romano muy bien conservado y en el plano cultural una villa muy activa con unos encuentros fotográficos que se celebran en Septiembre que son referencia desde hace ya décadas. Eso sí, nunca comer en el Café La Nuit. Viven solo de la imagen del famoso cuadro de Van Gogh, y la comida es pésima. De los pocos restaurante en Francia donde no merece la pena parar.

Y hablando de restaurantes, en Avignon os recomiendo el restaurante “La Cour de Louvre”, en pleno centro de la ciudad. Ponen una bullabesa de impresión. Vamos, de visitar la ciudad solo para comerla. En la carta no viene como bullabesa, pero buscad el plato que incluye rape (creo recordar que la carta viene traducida al inglés: Monk fish). En realidad se trata de una variación de la bullabesa clásica que se puede tomar en Marsella, pero mucho más refinada.

Finalmente Nimes también queda cerca, y Montepellier, ya puestos, también. Ojo en esta ciudad: el tranvía ha asaltado las calles y circular con el coche es difícil de narices. Pocas ciudades en Francia son tan complicadas, pero solo la Plaza de la Comedia y la creación urbanística de Antígona, de Ricardo Bofill, ya merecen la pena la visita.

Y para los que nos gusta el Tour de Francia, el Mount Ventoux también queda cerca. Solo un aviso para visitar toda esta zona: en verano se trata de una de las zonas más calurosas del país galo. La sensación puede llegar a ser similar a la de estar en Sevilla. Cuidadín

 

Muchas gracias por el relato. Es como hacer el viaje con vosotros

 

!Por fin una italiana de buen ver! :[yahoo] ...no es pechugona pero es pelirroja y esos labios... ayssssss esos labios tan sugerentes :mano

El relato excelente y las fotos otro tanto, tienes muy buen gusto al encuadrar, te leo y abrazotes :beer:

 

Lunes 9 de Septiembre: Alcanzamos Italia

Madrugamos relativamente pronto y las ocho ya estamos en pié. Desayunamos, metemos el equipaje “portátil” en el coche (una maleta de las de subir al avión para los sitios en los que solo estamos un día o dos), pagamos y en marcha. El día es espléndido y vamos calentando motores (que lento es el calentar de un motor diesel, paciencia) por carreteras secundarias hasta alcanzar la autopista. Saint-Remy está situada prácticamente en el centro de un triángulo de autopistas, así que disfrutamos un buen rato de esas carreteras francesas con arboles a los lados que tan bien pintaron los impresionistas franceses.

Ya en la autopista enseguida superamos Aix en Provence y nos metemos en poco tiempo en plena zona de la Costa Azul. A tiro de piedra está ya Saint-Tropez y poco más allá Cannes. Por cierto, Cannes es La Croisette y poca cosa más. El resto es una ciudad pegajosa y bastante deteriorada. Prefiero mil veces Niza, aunque hay que reconocer que la arena de la playa de Cannes es mucho más agradable que los cantos rodados de la playa de Niza. Además Niza la encuentro fantástica como punto estratégico para ir a ver el gran premio de Mónaco, teniendo en cuenta, eso si, que los hoteles tratarán de hacer su Mayo y que lo habitual es que el precio de la habitación de un hotel triplique o cuadriplique su precio los días de Gran Premio.

Permitidme que me extienda un pelín más sobre Niza: Para andar con coche, y no digamos si se trata de un cabrio, es imperativo ir por las Corniches desde Niza hasta Montecarlo. Hay tres Corniches, denominadas en todo un ejercicio de inteligencia “la baja”, “la media” y “la alta”, en referencia a la altura sobre el nivel del mar. Desde la Promenade des Anglais se va en dirección al Puerto y tras coger una curva a derechas, creo recordar, ya hay carteles indicadores. Es prácticamente imposible perderse.

La Corniche baja va siguiendo la orilla del mar, mientras que las otras dos van trazando una cota más o menos constante sobre los Alpes, los cuales observamos como se meten en el mar en esta zona francesa. La media y la alta son las rutas interesantes y brindan unas panorámicas preciosas, de un azul meditarráneo intenso y salpicado de transatlánticos que a la altura a la que se está parecen de juguete. Ojo los que tengan vértigo, que no hay muchos quitamiedos y el firme no es precisamente moqueta. Por esta zona se fue Grace Kelly a tocar el arpa, aunque tal vez fuese su hija la que tocase el primer acorde.

Donde sigue habiendo moqueta es en la autopista. No se como se las arreglan en Francia para mantener en tan buen estado las autopistas de peaje. No, no me refiero a lo obvio que es una adecuada gestión privada de las mismas. Me refiero a que siempre me ha llamado la atención desde un punto de vista constructivo el que sean tan perfectas y se mantengan siempre así. ¿Se emplean materiales especiales? ¿Algún compuesto en particular? Si lee esto algún ingeniero de caminos me gustaría conocer su opinión. En fin, rodeamos Niza y enseguida empezamos a subir, dejando también Mónaco a nuestra derecha. Pasamos Menton, el último pueblo francés y efectuamos una parada técnica en el último “aire” de la autopista antes de entrar en Italia. Bebe el coche, bebemos nosotros, comemos los sándwiches de rigor y dedicamos unos minutos a deleitarnos con unas vistas magníficas que las fotos no hacen justicia. No son aún las dos de la tarde y tenemos 29 grados. Qué más queremos?



Entramos en Italia y lo que si quisiéramos es una Autopista francesa. Desde la misma frontera la autopista se estrecha, aumentan los camiones, los cuales no sabemos de donde han salido, y los arcenes desaparecen. Estas condiciones, unidas a una secuencia interminable de túneles y viaductos nos acompañarán durante al menos cien kilómetros. Serán algo más de 170 túneles antes de llegar a las alturas de Génova y se trata de la peor zona para conducir de todo el viaje. Ventimiglia, San Remo, Imperia … esta zona es la peor. Savona, Arenzano …, esto ya va mejor. Evitamos el espantoso tráfico de Genova tomando antes la autopista A26 en dirección a Alessandria para antes de llegar a ella enlazar cerca de Novi Ligure la A7, la cual nos enruta ya hacia Milán. Sobre las cuatro y media, y ya en terreno abierto paramos en un “aire” italiano. Primera ocasión para utilizar el italiano. Va bene. Bebemos un par de zumos de naranja y nos sentimos preparados para meternos en el tráfico milanés.

Tiene Milan fama de tráfico pesado, pero no es para tanto. Es prácticamente la hora de salida de la ciudad cuando alcanzamos su “Tangenciale” Oeste y aunque existe una cierta congestión ya hemos toreado en plazas más difíciles. En bastantes. En cualquier caso no es hoy el día elegido para atacar, turísticamente hablando, Milán. Nuestro destino es el Lago de Como al norte de la capital lombarda. Superamos la Tangenciale y tomamos la A9 hacia el Norte destino Suiza. El tráfico mejora algo y la autopista es una recta de tres carriles. Perfecto. Ponemos un ritmo allegretto y al alcanzar el último túnel antes de la frontera con Suiza salimos a la derecha. Recorremos un par de kilómetros y llegamos a Cernobbio, a orillas del lago. El hotel es el “Terzo Crotto”. Será este nuestro campamento durante cuatro días.





El hotel es un tres estrellas correcto. No es una maravilla pero no podemos ponerle quejas. Su nombre proviene de que antiguamente era la tercera bodega o tasca que se encontraba la gente subiendo desde el lago, un sitio donde parar a beber algo antes de llegar a su casa (desconozco el número de Crottos existentes). Lo que si tiene extraordinario es su restaurante-terraza de verano. La temperatura de la noche no es especialmente calurosa, pero encienden unos proyectores de infrarrojos y todo el mundo feliz y contento. El vino, de procedencia siciliana, es una muy agradable sorpresa (después de todo se trata de un Crotto, recuérdese) y la lasaña es sencillamente la mejor que he tomado en mi vida. La ensalada de salmón es también francamente recomendable. Hacemos algo de sobremesa tras un tiramisú (como no) y para la cama, que para mañana tenemos a Como en el punto de vista.

 

Vendrán otrás, todo se andará, aunque no prometo ninguna Sofía Loren :D

 

Buena crónica, yo me quedo a tomar ideas que en pocas semanas me voy, pero en avión, ¿estuviste en la fabrica de la competencia? Menudo viaje hubiera sido en el 968. Cuando termine el 44, el viaje a Stuttgart no me lo salto.

 

Dentro de la fábrica, no, pero todo lo demás, si :)
Es más, creo que todo el material gráfico que subiré será la mayor aportación hecha en este foro sobre el lado oscuro :pompones

Eso será el "Ferrary Day", para la fecha 14 de Septiembre. No falta ya mucho para relatarlo. Puedo prometer y prometo que las fotos serán de lo más interesante :conduciendo:

El viaje con el 968 hubiera sido la guinda, pero a pesar del aire acondicionado son coches que acumulan bastante el calor dentro y el maletero es escaso. Para viajar, el C6 es perfecto. A cada coche la misión que le corresponde

 

Fantástico relato.Me engacho a el y tomó buena nota...

 

Gran viaje, siempre he querido recorrerme Italia, tuve la oportunidad en un crucero de estar dos días en Roma y me pareció preciosa.

Continua con la historia, da gusto leerte y ver tus fotos, que la verdad son impresionantes, ¿qué cámara utilizas? :[question]

 

ATM, llevo haciendo fotos desde que tenía catorce años. Respecto a cámaras, tras mucho ir y venir, al final utilizo solo dos sistemas en digital, uno es de Canon en formato completo equivalente al 35mm y el otro es el NEX, de Sony. Este es el que utilizo ya desde el verano pasado para viajar. Todas las fotos de este hilo están tomadas con una NEX-7 y los siguientes objetivos de Sony: El 18-55mm que normalmente viene con la cámara, un 55-210mm, el cual no es una maravilla ópticamente hablando pero que por precio y tamaño es de lo más útil y el zoom angular 10-18mm, el cual me tiene enamorado, aunque haya que tener un poco de cuidado con las dominantes magenta que produce en el sensor de la NEX-7. Todas las fotos que veremos del museo Ferrari están tomadas con este angular

La cámara y los tres objetivos, en conjunto, no llegan al kilo y medio de peso. Es un equipo muy discreto y fácil de llevar que te permite llevarlo todo el día al hombro día tras día sin que te canse.

 

Martes 10 de Septiembre: Como y su lago

Lo primero que hago este martes, y antes incluso de salir de la cama, es mirar en el tablet el resultado del partido de tenis del US Open entre Nadal y Djokovic. No son todavía las ocho. Leo los artículos en la red y se me empañan los ojos de emoción. Vamos! He de decir que ya el día anterior tenía muy buenas sensaciones. Y no solo por el estado de forma que había exhibido Rafa durante el torneo y también en Toronto y en “Chinchi”, sino porque en el 2010, año en que ganó por primera vez en Nueva York, también me encontraba de vacaciones, y también me encontraba a orillas de un lago, esa vez en Annecy. Ni que decir tiene que es estúpido establecer o siquiera sugerir una conexión causal entre eventos, pero es como sentir que esa película ya la has visto. Mi comentario en el Hilo de los Torneos del Grand Slam del foro es breve: “Bravo, bravisimo! Hay uno que lleva desde hace tiempo el numero uno de prestado. El cetro vuelve pronto al verdadero rey” (*)

Me meto en la ducha pletórico de energía. Desayunamos y pronto cogemos el coche para acercarnos a Como, la ciudad que da nombre al lago. De momento no hace sol y el cielo está en plan Asturiano, es decir, completamente cubierto.

Como es, como toda ciudad italiana, grande o pequeña, un ente congestionado de tráfico y de difícil aparcamiento. Uno trata de encontrar un parking céntrico y lo único que se consigue, y además fácilmente, es entrar en la zona de tráfico restringido. Este tipo de zonas están básicamente reservadas a los residentes y el que entra es grabado mediante cámaras y denunciado de forma automática. Parece ser que la multa es ineludible si el coche es alquilado, caso en el cual la compañía de alquiler no solo carga el valor de la multa en tu tarjeta de crédito sino que también te cobra por la gestión de la multa. La felicidad completa, vamos. Como se dice en baloncesto, de hacer la falta, hacerla bien, y solo nos queda pasearnos por delante de la catedral. Salimos hacia el lago después de varias vueltas y por fin aparcamos cerca de la orilla. A día de hoy no se si llegarán a España las múltiples infracciones que cometeremos de este tipo.

Antes de salir del hotel había preguntado a la recepcionista si en el centro había alguna tienda de música para comprar algún que otro CD de música italiana. Me dice que si, que en la Plaza Volta, prácticamente la más céntrica, hay una tienda magnífica. Bueno, llegados a la Plaza Volta en cuestión no vemos ninguna tienda de este tipo, así que toca preguntar. La anécdota que viene a continuación es importante por su significado.

Entro en una farmacia que tiene la puerta situada en una esquina de la calle. Para más datos la acera tendrá sobre metro y medio de ancho. Es este un dato importante. La farmacéutica, muy amable, nos invita a salir a la calle para ayudarnos con las explicaciones. Somos tres en la acera. De pronto, se sube también a la acera una madre que lleva a su hijo en un carrito. Ya somos cinco y no acaba aquí la cosa: simultáneamente llega también a la esquina un chaval subido en su bicicleta. Somos pues seis, un carrito, una bicicleta y un coro de “scusi, scusi” en dos metros cuadrados. Este es el paradigma de Italia plasmado en un instante: un barullo constante y dinámico. A veces divertido, a veces caótico.

Mi empeño en buscar una tienda de música es debido a que quiero comprar algo de Anna Tatangelo. Aquí casi no la conocemos, pero la chavala ha ganado dos veces el Festival de San Ramo y aparte de que canta como un ángel tiene la chica un muy buen ver. Como se que sois muy visuales aquí va un video rodado en un hotel de Mónaco para saber de qué estamos hablando:



Que podría ser mi hija? Ya lo se. Me da igual. Es un placer escucharla.

Compro también un CD triple de música italiana de los 70 y uno de una recopilación de las mejores canciones de Franco Battiato. Os paso video de una de las más conocidas:



Va, es fin de semana, veamos la “versión” de Martes y Trece:



Otra y no doy mas la tabarra:



La tienda, finalmente, resulta ser un placer para comprar, con material abundante, muy surtida. De esas en las que te gustaría mirar y mirar, pero no hay tiempo. La tienda ha resultado estar relativamente lejos de la Plaza Volta pero ha merecido la pena. Por lo demás, enseguida nos perdemos por las calles de la zona peatonal y enseguida nos asomamos a la plaza de la Catedral, la cual tiene varias terrazas donde aprovechamos para comer. El tiempo se torna variable, con periodos de sol que enseguida resulta excesivo alternados por nubes que amenazan tormenta.

La catedral en si es sumamente interesante, con una fachada asimétrica que enseguida llama la atención. Como suele ocurrir con casi todas las catedrales, su construcción abarca varios siglos y eso implica diferentes estilos, algo de renacimiento, interior gótico y cúpula rococó.

Seguimos paseando sin prisa. Tomamos un “machiatto” (cortado) aquí y compramos una revista allá. Nos acercamos a una parada de barcos (como si fuera una parada de autobús) y observamos el ambiente. Como ya nos está empezando a pasar con frecuencia, la tarde se nos echa encima, así que cogemos el coche y nos metemos tranquilamente por la carretera oeste del lago y llegamos hasta una localidad minúscula, como casi todas las que se asoman a él, llamada Carate Urio. Aparcamos, nos sentamos en un banco y dejamos que el tiempo pase con la tranquilidad de un pescador. Pronto empieza a bajar el nivel de luz, asi que recogemos velas, regresamos al hotel, nos adecentamos un poco y volvemos a cenar en su restaurante. De nuevo lasagna, que va a pasar tiempo hasta encontrar otra igual!

Ahora fotos. Creo que salvo excepciones, no son las típicas postales y me explico: Para mi tiene más interés el “cómo” es la gente de un sitio que todos sus monumentos. Prefiero charlar con un neoyorquino en un bar de mala muerte de la calle 42 antes que subirme al Empire States. Para mi lo importante de visitar un país es hablar, comunicarme y comprender. Una de las herramientas de observación que uso sistemáticamente es mi cámara de fotos y lo mejor de todo es que lo que obtengo con ella lo puedo compartir. Espero que os guste lo que voy a empezar a subir a partir de ahora.

















Estas dos últimas desde Carate Urio:





Dentro de un par de días seguimos

(*) Edito: De hecho justamente hoy, 5 de Octubre, Rafa Nadal vuelve a recuperar el Nº1 del Mundo

 

Me gusta mucho tu viaje. Las fotos espectaculares, hablan por sí solas,....

 

Miércoles 11 de Septiembre: Milán

Es el día de atacar Milán. Desayunamos como de costumbre y pronto nos metemos en el coche para hacer los 50 kilómetros que hay aproximadamente entre Cernobbio y la capital lombarda. Como ya hemos comentado, este tramo de autopista es una recta de tres o cuatro carriles que no tiene mayor dificultad. Al menos con buen tiempo, ya que una de las características climatológicas de Milán son sus nieblas. Vemos en la autopista bastantes carteles donde se limita la velocidad a 50 km/h para dichos eventos y además todo el arcén está flanqueado por un sinfín de señales reflectantes. No me quiero ni imaginar los que debe de ser un día de invierno a las ocho de la mañana en tales circunstancias. Nos metemos en la Tangenciale y casi sin darnos cuenta estamos metidos en la ciudad.

Tiene Milán una especie de hipocresía con el tráfico. Pesado en el exterior y deseoso de ser apacible en su interior con la disculpa de la contaminación. En un radio de tres o cuatro kilómetros desde el centro de la ciudad el tráfico está restringido, ya sabéis, solo para residentes y cosas afines. A esto se añade que la entrada de automóviles que no cumplan al menos el nivel Euro IV de emisiones tienen prohibida la entrada a la ciudad. El C6 tiene el sello Euro V, pero aún en el caso de que fuese Euro I nada me detendría. No me he hecho casi dos mil kilómetros para dejar el coche en las afueras. De hecho el plan de ataque lleva tiempo planificado: Meter el coche en un parking situado bastante cerca de la catedral. Para más datos se trata del parking situado en la Piazza Armando Diaz. El coche entra un poco justo por las rampas pero una vez dentro tenemos espacio de sobra para ponernos cómodos. Subimos las escaleras y salimos a la plaza. Ya hemos desembarcado.

En un instante llegamos a la plaza de la Catedral. Que preciosidad, tanto la plaza como la Catedral. Dejadme que os ponga unas fotos. Esta es la primera imagen que uno tiene viniendo del parking:



Fachada principal:



Otra vista interesante:



Esta catedral está entre las cinco mayores del mundo. Según escribo esto no recuerdo en qué puesto está y la única que tengo clara es la de San Pedro Vaticano en el primer puesto del podio. Vamos al interior de esta belleza gótica, el cual es oscuro pero interesante. Al menos la entrada es gratuita y no hay cola. Bueno, lo de gratuita, depende. Si quieres hacer fotos hay que pagar ocho euros. Los pagas, unas chicas de buen ver te ponen un brazalete de papel en la muñeca y ya eres reportero oficial del Duomo.

Una perspectiva de la nave central:



Aquí, colocados en el transepto, vemos que la gente paga a gusto por los brazaletes (hay “agentes” que una vez dentro te piden que enseñes brazalete si haces fotos):



Mas de lo mismo, pero en esta aprovecho la ocasión para mostraros la estatua de San Bartolomé, al cual por lo visto martirizaron arrancándole la piel a tiras. El escultor, Marco de Agrate, aprovechó que el Pisuerga pasa por Valladolid para hacer un estudio de anatomía extraordinario:



En fin, no voy a enumerar las características de la catedral. Con solo ir a Wikipedia se pueden saciar las ganas más inmediatas de saber de que va la cosa.

Vamos ahora a echar un vistazo al suelo de la catedral, el cual es polícromo, de mármol, en el que todavía se conservan partes en relieve. Es interesante comprobar que jamás tropiezas, ya que estos relieves enlazan suavemente con el suelo base:



Seguro que más de uno dirá: “Luis, te ha salido movida”. El efecto está buscado aposta, para transmitir el contraste entre lo estático de los sepulcros y el dinamismo del visitante. En fin, veamos otra foto del ornamento de los suelos, foto en principio muy inocente:



Fijaros en la composición de formas de esa especie de cuadrado en negro del primer término. Cada lado es en realidad una línea, un arco de medio punto y otra línea. Como muchos sabéis, ese elemento compositivo es muy importante en el Renacimiento y básicamente es la esencia del llamado “Tramo Paladiano”. Aunque ya avisé que en este hilo se hablaría entre otras cosas de arte, seguro que a estas alturas estáis convencidos de que he fumado algo. Algo potente. Salgamos a la plaza:



Lástima de grúa, verdad? Bien, que se puede ver? De acuerdo, el ciclista. Ese está puesto ahí a propósito, es decir, esperé a que pasase alguien en primer término para añadir algo de profundidad a la foto, pero fijaros en la entrada a las Galerías Victor Manuel II. Veis ahí el Tramo Paladiano? Línea-Arco-Línea. Simple pero eficaz. Quién le iba a decir a Paladio que el tramo que lleva su nombre se usaría por los siglos de los siglos …

Vamos a las galerías, no sin antes tomar una instantánea en las escaleras de la catedral, que siempre hay gente sentada:



Todavía no estamos metidos dentro de las Galerías, solo en el lateral, en la fachada que acabamos de ver:



Nos giramos y este es el aspecto de la catedral:



Nos detenemos a tomar una pizza bajo los toldos que se ven en la foto. El ambiente es muy bueno y el día no puede ser más agradable. Dos Napolitanas, que las anchoas aportan sales y de esto conviene tener para compensar por el calor. El tamaño de las pizzas es ciertamente exagerado y dejamos prácticamente la mitad. Se nos acerca un hombre a pedir limosna. Mi política en este aspecto es no dar nunca nada, pero el hombre hace gestos de estar interesado en las medias pizzas que hemos dejado encima del plato. Mi mujer reacciona inmediatamente y le da los dos trozos enormes sobrantes que entre los dos hacen una pizza entera. Nunca habíamos visto tan de cerca la necesidad de una persona. No es problema de Milán, es un problema del modelo actual de sociedad que tenemos. Maldita sea, qué poco somos conscientes de los muchos problemas que tiene mucha gente. Se nos tarda un poco en en quitar el mal cuerpo.

Nos levantamos de la terraza y en la esquina, antes de enfilar el eje principal de las galerías, aprovecho para tomar otra instantánea. Ricky había pedido “ragazzas”. Aquí va una:



Ya metidos completamente dentro, tomamos esta otra foto:



He de decir que la imagen se queda bastante corta con respecto a la maravillosa estética de esta construcción. Me doy cuenta que la prefiero con mucho a las galerías Saint Hubert de Bruselas, las cuales no están nada mal, pero estas, en mi opinión, juegan en una liga superior. Miramos hacia arriba y nos encontramos con la cúpula acristalada. Bellisima:



Ahora de tiendas. Me sorprende encontrar una boutique de Mercedes, la cual no pega mucho aquí:



Rizzoli es una librería de fama acreditada. No nos resistimos a entrar a comprar algo sobre Leonardo. En italiano, por supuesto:



Aquí las novedades para este otoño-invierno de Prada. Sospecho que son zapatos pensados para los embarrados prados asturianos o similar aventura:



Aquí el interior de la tienda. Me encanta la estética clásica del suelo:



Ni que decir tiene que abundan clientes chinos y rusos. Abundan no, es mejor decir “abruman”. Tienen dinero fresco y aquí no se hacen ni remilgos ni prejuicios. En Gucci tienen hasta terraza chill-out para que la experiencia de compra sea aún mejor:



Salimos de las galerías y sin solución de continuidad nos encontramos con la Plaza de la Scala. En el centro, una estatua de Leonardo da Vinci:



Y justo enfrente, La Scala. El templo mundial de la ópera:



Si. Decepciona un poco. Desde fuera se ve bastante anodina y simple. Nadie podría sospechar el palacio que se esconde en su interior al que no podemos acceder. Ni tenemos entrada ni La Scala está abierta a estas horas.

Desandamos lo andado y tras un café y helado reparador en una terraza de las galerías nos vamos a buscar el coche. Salimos del parking, le dictamos al navegador “Cernobbio” y le dejamos que cavile un par de segundos. Es hora punta pero poco a poco vamos avanzando por las avenidas exteriores de la ciudad, el primer anillo. Un poco más allá hacemos un requiebro para colocarnos mejor. Por las ventanillas oímos un italiano que medio grita “qué morro”. Curiosamente no lo dice con gesto de ira o enfado. Es más bien una forma de expresarse. Es Italia. Aprendemos pronto.

Hay congestión también en la Tangenciale, pero nada preocupante. En unos 20 minutos, media hora estamos en la autopista con rumbo al hotel. El ataque a Milán ha salido a la perfección. Uno de los mejores días del viaje. Ciudad preciosa. Totalmente recomendable y un “imprescindible” si se desea visitar Italia.

 

... te leo, te leo :beer: ... ya me habías avisado con el asunto de las "sofia loren" fotografiadas y no me quejo :p ... todo perfecto, tate al loro que puede que los de la manzanita mordisqueá se te echen al cuello :[question] ... :hmm:



... ... pero Carlos y Jaime seguro que dicen que las obras de arte son asín ...

Abrazotes