Hola a todos, Retomo el relato después de una pausa un poco más larga de lo previsto, pero la verdad es que me ha costado encontrar un rato libre para escribir tranquilamente. A veces el mes de agosto se convierte en el más ajetreado del año. A petición del público, vuelvo atrás, y os cuento algo acerca de los dos coches que descarté para que el relato quede más completo. Aunque ya os adelanto que el componente emocional tuvo un peso muy importante en esta operación, con lo que no hace falta que os calentéis la cabeza pensando en si hubiese sido más lógico e inteligente comprar alguno de los otros dos. Yo tampoco lo hago. El primero de los candidatos estaba en un concesionario multimarca . Era un 356 B carrocería T5 de 1961 de color rojo. El coche tenía un aspecto bueno. Me aseguraron que había sido restaurado completamente en Alemania por un especialista en estos modelos. Salí a probarlo, y la verdad es que funcionaba muy bien. Era la primera vez que conducía un 356, y la verdad es que su conducción me enamoró desde el primer momento. No tenía nada que ver con mi 911 3.2. Mientras uno es un coche rudo, que requiere llevarlo con mano firme, y cierto esfuerzo físico; el 356 es todo suavidad y dulzura. Su volante es grande, y permite manejar la dirección sin problemas incluso en ciudad; los pedales se accionan sin encontrar grandes resistencias; y lo más sorprendente para mí fue encontrarme una caja de cambios que se maneja con suma facilidad. Yo pensaba que hasta la llegada de la caja G50 en 1987 que supuso un gran avance en facilidad de manejo, las cajas Porsche requerían fuerza, concentración, y doble embrague. Si la caja 915 de mi 3.2 era así, las más antiguas deberían tener estos rasgos todavía más acentuados. Pues nada de eso, resulta que me encontraba manejando un coche que podría utilizarse perfectamente como un utilitario de ciudad, y además sus asientos eran sorprendentemente cómodos, y los derivabrisas orientables en las ventanas delanteras, y las ventanas traseras de apertura por compás (creo que esto también lo llevaban los primeros 911) constituían un primitivo pero eficaz sistema de climatización. Al cabo de pocos kilómetros ya estaba plenamente convencido de que el antojo de comprarme un 356 había sido un acierto. Este coche me permitiría disfrutar muchísimo paseando por carreteras tranquilas de segundo orden, y lo mismo servía para realizar una gestión en la ciudad, que para acometer un largo viaje. El sonido de su motor, semejante al de un Escarabajo vitaminado, me parecía prehistórico y me encantaba. Se notaba esta herencia VW porque no le gustaba subir de vueltas, pero la elasticidad era fantástica. Lo mejor para conducir tranquilamente disfrutando del paisaje. En resumen, había acertado cuando pensé que este coche era el complemento perfecto para el 3.2. Y ahora os estaréis preguntando por qué no lo compré si todo era tan maravilloso. Pues había cosas y detalles que no me gustaban, y aunque algunas no fuesen muy importantes objetivamente hablando, me generaban cierto sentimiento de rechazo que conseguía frenar mis ganas de comprar. La restauración no parecía haber sido tan profunda como me explicaban porque (por poner un ejemplo) a pesar de que el estado de chapa y pintura era aparentemente bueno, las gomas de las lunas delantera y trasera eran viejas, y esto no me parece de recibo. Es verdad que el precio estaba en consonancia con el estado del coche, pero yo prefería pagar más por un coche perfecto con un dossier que lo demostrase, o pagar menos y restaurarlo a mi capricho. La radio era moderna, y le habían instalado una alarma electrónica que dejaba ver un led parpadeante cuando lo dejabas aparcado. Para mí son dos pecados graves que demostraban que su último propietario era alguien que tenía ideas muy diferentes a las mías respecto a como debe tratarse un coche como este. La gota que colmó el vaso es que, al preguntarles como es que tenían a la venta este coche en una exposición de coches modernos, me dijeron que lo habían recogido a cambio en una operación de venta de un todoterreno. Si lo otro era un pecado, esta era una herejía horrorosa de la que yo no quería formar parte. Finalizamos aquí este episodio. Prometo que en el próximo aparecerá la primera foto. Saludos a todos.
A la espera de próximos episodios me quedo Todo apunta a buena historia con un buen final ... Enhorabuena por ese 356 :[porsche]
Acabo de ponerme al dia con la historia, y otro mas que se apunta a la espera de los nuevos capítulos
Jaime,¿ me compre y me leí la consiguiente guía de compras?¿Quiere decir que lo primero que hiciste fue comprarte el coche?:D
Enhorabuena por la adquisición!! Expectantes nos tienes con más capítulos de este 356. Un saludo!! :conduciendo:
káspita...me leido todos los comentarios.......pense que en 4 paginas de coemntarios vería por fin una foto, pero veo que hay que esperar todavías ...ja...ja....
¡Que bonito!!!!!:drooling Pero y si hicieras un libro con el relato y con el dinero te pagabas la restauración y el mantenimiento del:[porsche]. Yo lo compraria sin dudar y seguro que muchos foreros también
Hola de nuevo a todos/as, De nuevo me veo obligado a agradeceros vuestros comentarios. Os aseguro que no me esperaba, cuando empecé a escribir este hilo, que pudiese despertar este interés. Al fin y al cabo, no son más que unas notas personales con ningún contenido gráfico hasta el momento, lo cual, a priori, parece lo menos adecuado para generar interés en este foro, o en cualquier otro. Sin embargo, ahora que lo pienso, creo que es el tipo de hilo que yo echaba de menos, y como no lo encontraba, supongo que decidí escribirlo yo mismo. Creo que me ha salido una frase inspirada en otra más famosa que se le atribuye a D. Ferdinand. En este foro podemos encontrar muchísimas cosas interesantes, miles de fotos de todos los modelos, de todas las versiones, de preparaciones especiales; información técnica procedente de gente que sabe muchísimo y que la comparte con todos de forma generosa; organización de eventos que te permiten pasártelo bien y conocer gente estupenda. La verdad es que esto es un lujo y una maravilla. Lo que yo he pretendido es potenciar un poco el aspecto más subjetivo y más personal de nuestra afición. Escribir una historia poco a poco y sin prisas, porque no dispongo de mucho tiempo libre, y porque creo que así se puede digerir y saborear mejor. Además tengo que hacer tiempo, porque aún no conozco cual es el final, y no conviene que el relato adelante a la realidad. El principio tenía que ser el momento en el que poseer cierto coche, se convierte en una idea que empieza a visitar tu cabeza cada vez con mayor frecuencia, hasta que al final se instala definitivamente, y empieza a transformarse en una obsesión. Supongo que esto nos ha pasado a todos los que estamos aquí, lo que ocurre es que no solemos contarlo y pensamos que a nadie le interesa, así que empezamos nuestros hilos con las fotos del coche que nos acabamos de comprar. El proceso de selección y la decisión de compra, es algo que un buen aficionado vive con una mezcla de angustia y de alteración hormonal. A veces es la fase en la que más se disfruta, y también valía la pena intentar transmitir como la hemos sentido y vivido. Y luego llega la fase de la convivencia, que se parece a lo que ocurre en una relación de pareja. Puede haber una luna de miel apasionada, que luego se transforma poco a poco, en un simple cariño por todos los años que se han pasado juntos. Puede haber un divorcio prematuro durante la luna de miel. Hay muchas variantes, pero siempre el parámetro que manda es la emoción y el sentimiento que el coche consigue transmitirnos; y el peligro latente es que otro enamoramiento apasionado consiga terminar con la relación de pareja. Al final resulta que me he ido por las ramas, y en este capítulo no hemos avanzado nada. Esto parece una de esas películas lentas, en blanco y negro, y subtituladas…………………y aún encima siguen sin aparecer fotos. Para contentar a todos aquellos adictos a las fotos que han conseguido llegar hasta aquí (que supongo que no serán muchos) y porque lo había prometido, pongo un par de ellas. Saludos
Bonito morro y precioso tablero veo que te gusta el rojo:D ya comprare cinta roja para la proxima quedada:D como me gustan los 356 y sobre todo ver como los resucitan algunos del foro. Gracias por la historia animate y cuentanos mas Saludos
Nacho, lo que quería decir es que cuando compré el 911 3.2 seguí el procedimiento correcto, y compré la guía previamente. La guía de compra del 356 quizá me la compre algún día. Gracias por tu interés Saludos Scanish, aprovecho para agradecerte públicamente tu ayuda desinteresada en Calafat. No había manera de sujetar el transponder en la ventanilla. Saludos
Jaime, coincido contigo en todas tus apreciaciones subjetivas. La verdad es que escribes con unas caracteristicas bastantes personales y eso hace del relato algo interesante y original. ......Pero ¿cuando nos vas a contar algo más?
Pues volvamos al proceso de selección. A ver si hoy puedo dejar esa etapa ya terminada. El segundo candidato era un 356B 1963 carrocería T6 de color negro y tapicería roja. La combinación de colores me agradaba, y al hablar por teléfono con su propietario, me explicó que él era un gran aficionado y coleccionista desde hacía muchos años, que tenía bastantes coches, y que los guardaba en un local donde estaban atendidos por un experto mecánico que trabajaba casi en exclusiva para él. Parecía que los planetas empezaban a ponerse en línea y que ésta podría ser la unidad que estaba buscando, así que me dirigí hacia ese local lleno de optimismo. Cuando llegué, me encontré con un sótano lleno de coches clásicos, y un mecánico trabajando en el motor de uno de ellos allá al fondo. Al verme, vino a saludarme y me dijo que D. xxxx llegaría en unos minutos, y que él ya estaba informado de que yo venía a ver el 356. Una vez pasada la primera impresión, y mientras hablaba con el mecánico, intenté empezar a captar detalles. Lo primero que me vino a la mente, es que para atender adecuadamente una colección de coches clásicos, lo mejor es buscar un mecánico también clásico. Desde luego este hombre cumplía perfectamente el requisito, no sólo por su edad, sino porque su uniforme tenía toda la pinta de haber sido comprado en los años 70; y haber sido lavado por última vez en los años 80. Tenía grasa por todas partes, y no sólo en el mono. Después de darme la mano tuve que buscar un trapo para limpiarme un poco. A continuación empecé a mirar el entorno disimuladamente. El local estaba muy sucio y los coches tenían encima una capa de polvo que indicaba muy poco uso o abandono; además estaban bastante amontonados, y para acceder a alguno de ellos era necesario apartar otros varios. Le pregunté por el 356, y como no podía ser de otra manera, estaba encerrado entre otros coches, y era difícil acceder a él. En ese momento llegó el propietario, y empezamos a hablar mientras el mecánico volvía a sus quehaceres, metiendo la cabeza en el vano motor de un coche que por lo visto pensaba poner en marcha esa tarde. Al cabo de un buen rato de escuchar una amplia explicación sobre la problemática del coleccionismo de coches en nuestro país, y otras generalidades relacionadas con nuestra afición, ya empezaba a impacientarme. Mientras tanto el mecánico seguía a lo suyo, y cada vez más cabreado porque aquel coche (no recuerdo el modelo) no arrancaba. Finalmente decidió adoptar el método científico de trabajo, y lanzó al aire una serie de exabruptos, mientras le daba unos puñetazos a la caja del filtro de aire del pobre motor. La situación ya empezaba a generarme un cierto malestar, así que expliqué que tenía cierta prisa, y que pasásemos a ver el coche que había motivado la visita. Tuvimos que apartar dos coches para acceder al 356. Finalmente llegamos hasta él y yo ya estaba pensando en comparar sus sensaciones de conducción con las de la unidad anterior. A los pocos segundos se esfumaron todas mis expectativas. La batería estaba muerta, el seguro caducado, no había pasado la ITV desde hacía años; y aunque era difícil apreciar el estado real del coche que se escondía debajo de aquella capa de polvo, me dio la impresión de que era peor que la otra unidad que había descartado. Me despedí, y salí a la calle pensando en lo absurdo que me parecía gastar un montón de tiempo, esfuerzo, y dinero, para reunir una colección de coches que luego no utilizas y no disfrutas. No es el único caso que he visto, tengo algún amigo que sufre el mismo problema, aunque quizá ellos no lo vean como un sufrimiento o un problema. Puede que esa sea su manera de disfrutar de esta afición. En todo caso, en ese mismo momento decidí que nunca tendría más de tres coches de colección, porque ese me parecía que era el límite razonable para poder disfrutarlos y poder tenerlos en el estado que a mí me gusta. Ya os puedo adelantar que esta decisión tan razonable y meditada, no sería respetada en el futuro, de lo cual me arrepiento sinceramente. Saludos
