Personal y estéticamente no me desagradan los retrovisores en las aletas, otra cosa es si son cómodos y efectivos:[question] Desde luego si lo que se busca es el máximo de originalidad supongo que deberían estar en las puertas aunque en la epoca fuera una mejora estética del momento, aunque fuera de catálogo.
Conociéndote y viendo el coche del que se trata, yo mantendría la posición original de los retrovisores
356 Hace pocos días, el amigo pereé colgó un vídeo fantástico: http://www.soloporsche.com/showthread.php?t=52223 Si tenéis 9 minutos para volver recrear la vista y disfrutarlo, veréis que cantidad de variaciones podéis encontrar en el asunto de los retrovisores. La verdad es que la configuración que se ve en la foto de mi coche, me encanta para un 904, pero en un 356 me hace dudar, aunque algunos la llevaban. Saludos
Finalmente he decidido que, de todas las combinaciones posibles, elijo colocar un sólo retrovisor en la puerta. Por supuesto, será uno de los magníficos retrovisores Talbot que ya tengo, después de restaurarlo. Se vendían como opción de fábrica, y como opción aftermarket, además de utilizarse en los coches de competición de aquella época, tal y como se puede comprobar en los links que adjunto. http://derwhites356literature.com/356-CAccessories.html http://derwhites356literature.com/356PorscheAftermarketAccessories.html Saludos a todos
Si es que no puedes estar sin meterle mano al coche:D:D , ya nos enseñaras como queda seguro que muy bien
He leído tu relato de cabo a rabo. Hacia tiempo que no disfrutaba así, Felicidades por tu 356, por tu relato y tu futura restauración. Se lo mucho que se disfruta con ello y la satisfacción que se siente una vez terminado el arduo trabajo. Tu haz como Miguel Angel, en la capilla Sistina, tarda lo que tengas que tardar, porque nunca te preguntaran lo que tardaste, si no lo bien que quedo!!. Felicidades!!!
Estimado Jaime, hoy he leído tu historia y escribo al sentirme identificado en cada una de tus palabras, la afición de los clásicos es como un virus que se sufre en silencio...las horas se consumen entre tratar de dejar los coches en estad de concurso, sacarlos y hacer una lista de deberes. Tengo en mí haber cientos de anécdotas en cada uno de mis coches que contar, engaños, arreglos malos, pérdidas de dinero, malos mecánicos, malas compras, etc. Estaré leyendo la evolución de tu 356. Decirte que estoy esperando recibir de un taller de Barcelona la restauración de mi 356 C coupé en azul cielo, en espera de restaurar otro 356 Super B cabrio con techo duro, para enredar más he empezado a restaurar un Maserati Ghibli, cada uno tiene su historia particular. Como tú soy un enamorado del todo atrás, mi afición empezó con la compra de un 911 3.2 caja 915 tal fue el lío de la restauración de casi 10 años que con el paso de los años esperando, he ido llenando la despensa de clásicos soñando con en el dichoso 3.2 y su sonido que no llegaba. Un saludo y suerte.
Con algo menos de canas podria haber sido una peli de Antonioni, por aquello de seguir con tus "locuras" al margen de tu estado civil (aunque en tu caso te lleves bien con tu mujer), y si no, una de Fellini (canas incluidas). Postrado ante sus pies me hallo.
Pues a mi me gustan mas los retrovisores clasicos....pero tal vez el cambio te cueste excesivo dinero. Fenomenal relato.
Los retrovisores Talbot también son clásicos. Eran una opción de fábrica en la época, y además los llevaban los coches oficiales de competición. Me alegra que te guste el relato. Saludos Me da la sensación de que el coche queda demasiado recargado con dos. Quizá se deba a que estos retrovisores son más voluminosos que los normales. Saludos
Reanudamos el relato principal. Lo habíamos dejado en el momento en que sobrevolaba la N-II camino de Medinaceli, absolutamente concentrado en el manejo de esta excepcional máquina rescatada del pasado. A medida que transcurrían los kilómetros, me estaba relajando poco a poco, mientras me iba acoplando al coche, y éste me demostraba que era capaz de rodar sin problemas, con todas sus constantes vitales dentro de valores normales. La verdad es que no desentonaba dentro del tráfico actual, y era capaz de mantener el ritmo que la mayoría de los coches marcan en las carreteras actuales. En un momento dado, mi cabeza empezó a imaginar que estaba en 1965, que yo acababa de sacar el 356 del concesionario, y me disponía a estrenar esta maravilla recién llegada de Stuttgart en este viaje inaugural Madrid-Barceona. En esa época por nuestras carreteras circularían básicamente Seat 600, Citroen 2CV, Renault 4/4, Dauphine, Ondine, y Gordini. Los Seat 850, Renault 8, y Simca 1000 serían los coches con los que soñaban casi todos los conductores, y salían al mercado en ese momento como las grandes novedades de la industria del automóvil nacional. El coche que había ganado fama de rápido y deportivo era el Gordini, también llamado “coche de las viudas” por ser un todo-atrás nervioso, temperamental, y con un motor potenciado frente a versiones anteriores. El poseedor de un Gordini era un orgulloso propietario que se creía casi el rey de la carretera. Y esto lo digo con conocimiento de causa, porque mi padre tenía uno en mi más tierna infancia y presumía delante de sus amigos como si tuviese un 911 GT3. Supongo que si mi padre circulase con su preciosa joya de 37 CV, y de repente, viese por el retrovisor un 356 pidiéndole paso, sufriría un sobresalto mayúsculo, y cuando observase ese coche mientras adelanta sin contemplaciones seguramente creería estar viendo una nave espacial recién llegada del futuro para humillarle. Menuda paradoja, porque el 356 dejaba de fabricarse ese año completando una larga trayectoria de diecisiete años de éxitos. Estaba ensimismado con estas reflexiones cuando un ruido anormal me obligó a volver de golpe al siglo XXI. En un primer momento pensé que el motor había dicho basta, porque las 60 millas/h iniciales (100 Km/h) habían ido aumentando casi sin enterarme. Pero enseguida me di cuenta de que el ruido procedía de mi estómago, que reclamaba un repostaje rápido y un poco de atención, pues me había olvidado de él desde las 6 de la mañana mientras me dedicaba a vivir intensamente todas las emociones de la jornada. Ya estaba llegando a Medinaceli, así que rápidamente abandoné la N-II y busqué un restaurante con un aparcamiento visible desde el comedor. Cuando me bajé del coche, me sentía un hombre afortunado. Tenía la sensación de que acababa de recorrer 150 Km en pocos minutos, y creo que mi mujer se dio cuenta de que mi cara era la de un niño en el día de Reyes. Saludos
Ole, me acabo de leer todo el post, no lo había visto... y con un post parecido el de pereña, empecé mis andadas en este foro. Estos post, son una maravilla, mas cuando el actor lo cuenta con un guión perfecto. Tomo asiento, y continuo atento a las novedades. Enhorabuena y disfrutalo ;)
